23 agosto 2022
La Madre sagrada, esculpida por la mano divina de Miguel Ángel, contempla en silencio el dolor del mundo. Bella y joven por su pureza interior, parece prisionera de un misterio incognoscible: la vida y la muerte, el bien y el mal, la verdad y la mentira, se han detenido en su mirada compasiva, dando nacimiento a un Amor imperecedero que más allá de su Niño abarca a todos los seres.